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almacendebaratijas

receta de almacén

Hace ya varios años, como en el 99´, tuve la oportunidad de viajar a Alemania…

Y naturalmente la degustación de cervezas varias se transformó en una actividad cotidiana, como bien era de esperarse, de mí o de quien fuese.

La cuestión es que hoy por hoy no conservo –de verdad- muchos recuerdos gustativos de aquella seguidilla de probaciones, pero sí uno fabuloso, recomendable, y que al día de hoy continúo practicando luego de tan amena experiencia.

Una noche más nos sentamos en la misma mesa del mismo pub junto a la misma ventana: el mismo grupo de argentinos mezclado con los mismos alemanes. Se suponía que nada iba a ser muy distinto a las noches anteriores en Münster, pero uno de los germanos se pidió esta bebida cuyo nombre mi memoria ha borrado, y ahí es que la cosa cambia.

Mientras la mesera se acerca a la mesa con los pedidos en su bandeja, vemos que un tenedor sobresale de un vaso de pinta… pero la birra era negra…

Cuando se la traen comprobamos que era una Guiness (su espuma es inconfundible), pero no sólo una Guiness sino también pedacitos de durazno al natural flotando en su interior. Y el tenedor adentro del vaso, recalco.

Mi primera impresión fue de desconfianza, naturalmente hacia el durazno. También la de varios de mis compañeros argentinos.

Sin embargo terminamos todos abrazados cantando una canción de los Toten Hosen y bebiendo cerveza negra con durazno. Actos reeditables si los hay!!!

Recomiendo felizmente esta receta, más aún para estas jornadas calurosas…

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